Tanto en los meses más fríos como en los más calurosos, se registra un aumento del consumo “estacional”. En esta nota, te explicamos a qué se debe y cuáles son las claves a tener en cuenta para controlar en la medida de lo posible este consumo.
¿De qué depende el consumo eléctrico de un artefacto?
Depende de dos factores:
- LA POTENCIA del artefacto (WATTS)
- EL TIEMPO que el artefacto esté funcionando (horas)
El producto de esas dos magnitudes nos da el consumo de energía eléctrica del artefacto en kilowatts hora.
Por ejemplo:
Si pongo en funcionamiento un caloventor de 2000 Watts durante 5 horas, su consumo de energía será de 10.000 Wh, o lo que es lo mismo 10 kWh.
El consumo mensual de todos los artefactos eléctricos, es lo que abonamos con nuestra factura de energía.
¿En qué consiste la eficiencia energética?
Consiste en lograr un menor consumo de energía eléctrica frente a una misma prestación. Esto se evidencia en un monto menor a abonar en la factura de electricidad. Cuanta mayor eficiencia energética tenga un artefacto eléctrico mayor también será el ahorro en el consumo de energía.
¿Cómo se mide?
Existe una etiqueta identificatoria en la mayoría de los artefactos eléctricos, que indica a qué clase de eficiencia pertenece. Las clases de Eficiencia Energética son siete y se representan mediante letras y colores en una escala que suele ir de la A (color verde) a la G (color rojo)
¿Cómo puedo controlar mi consumo eléctrico?
Es simple… sólo tené en cuenta estas recomendaciones:
- Limita el tiempo de funcionamiento de los artefactos de tu hogar de mayor potencia, tales como: aires acondicionados, caloventores, estufas halógenas y a cuarzo, termotanques y hornos eléctricos.
- Programa la temperatura de tu aire acondicionado a 24 °C en verano y a 21°C en invierno.
- Climatiza sólo los ambientes que estés utilizando y mantenlos cerrados.
- Si tienes termotanque eléctrico, enciéndelo sólo cuando los estés por utilizar.
- Aprovecha al máximo la luz natural y, en el caso de la luz artificial, opta por lámparas led. Apaga la luz de los ambientes que no estés utilizando.
- Programa tu heladera en un nivel menor de enfriamiento en invierno que en verano, no abras la puerta innecesariamente y revisa el estado de los burletes.
- Trata de lavar y planchar la mayor cantidad de ropa de una sola vez.
- Desconecta todos los artefactos eléctricos que no estés utilizando.
- Si estás por comprar un artefacto eléctrico, opta por los de mayor eficiencia energética.
- Mantén las instalaciones eléctricas en buenas condiciones, para evitar las pérdidas de energía.